Masajes relajantes ¿cómo darlos?

Tanto para estudiantes dedicados a la quiroterapia o masoterapia como para aquellos aficionados que sienten cierto interés hacia este ámbito, es fundamental saber los procedimientos necesarios para dar los llamados masajes relajantes.

El principal objetivo de los mismos, tal y como su nombre lo indica no es otro que aliviar el estrés y garantizar un estado de bienestar en el paciente o en aquella persona a la cual se le aplica, esto se logra a través de la descontracturación de los músculos lo cual arroja una sensación de calma que es ideal y es anhelada por muchos.

¿Cómo dar masajes reductores?

Antes de comenzar es esencial saber que los movimientos deberán ser suaves y constantes, su aplicación debe centrarse en las zonas de mayor tensión, el objetivo de esto no es otro que el de relajar los músculos, la idea entonces es explorar y visualizar cada parte del cuerpo de la persona a la que se le realiza el masaje.

Preparación

Porque lo que deseamos es relajar y calmar las tensiones del paciente, es importante garantizar un ambiente en el que no exista el estrés u otra perturbación, para ello el lugar debe contar con una iluminación agradable, con música instrumental y aromatización, cada uno de los elementos descritos son a consideración del masajista y el paciente, pero estas opciones son excelentes. Cursos de masajes profesionales

Hacerlo es sencillo

A la hora de realizar masajes relajantes es prudente utilizar la mano entera, esto evitará que aparezca el cansancio y hará los movimientos más placenteros.

  • En un primer instante debemos indicarle al paciente que comenzaremos y que por tanto es necesario que contenga el aire unos cuantos minutos.
  • Comenzamos entonces aplicando los movimientos en la parte baja de la espalda para ir subiendo de a poco hasta alcanzar la parte superior, respetando entonces el flujo sanguíneo que va hasta el corazón.
  • Puedes formar círculos con los dedos alrededor de las zonas los hombros, la cervical y la media espalda.
  • Debemos recordar que un masaje tiene una secuencia y un ritmo que no debemos romper, es decir, si comenzamos con ambas manos quitar una de ellas acaba con el equilibrio.
  • Podemos finalizar el masaje con la técnica del abanico, para hacerlo debemos separar mucho los dedos para ir pasando de la espalda al cuello, en este punto no aplicamos presión.

GM

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